miércoles, 26 de marzo de 2014

Historia de la Batalla de Roncesvalles





Carlomagno, Rey de los francos, construyó un gran imperio que abarcaba varios países de Europa occidental, incluida la Marca Hispánica, un conjunto de condados, dependientes del Imperio Carolingio, ubicado en los Pirineos y que servía de frontera defensiva entre el territorio franco y el de la España musulmana.
En el año 777 Carlomagno forma una alianza militar con algunos líderes árabes para derrocar al emir de Córdoba, Abderramán I. Por este motivo el rey franco acudió a Zaragoza con un gran ejército.
En agosto de 778 el ejército franco fue emboscado y recibió un duro golpe, duro y hasta entonces único. Nunca antes había ocurrido, hablamos pues de la primera derrota militar de Carlomagno.
No se conoce exactamente el lugar de la batalla, probablemente fue en Valcarlos (Navarra) próximo al desfiladero de Roncesvalles (Navarra). Tampoco se sabe a ciencia cierta la identidad de los atacantes: vascones, árabes o ambos, aunque en la mayoría de las fuentes atribuyen el ataque a tribus vasconas.
Sea quien fuese, se abalanzaron sobre la retaguardia del ejército franco, formada por 20.000 hombres al mando de Roldán, sobrino de Carlomagno. Aprovechando la estrechez del paso atacaron con dardos, piedras y un armamento bastante inferior al franco. Los francos fueron aniquilados, incluso su comandante Roldán. Sus armas y armaduras pesadas no les fueron muy útiles contra unos ligeros guerreros salidos de la nada y que actuaban con rapidez y desde una posición más elevada.
Estos vascones, tras alzarse con la victoria en la batalla desaparecieron rápidamente del lugar. Esta derrota supuso un duro golpe para el Imperio de Carlomagno, siendo uno de los episodios más recordados durante la Edad Media, y que inspiró en el siglo XII el poema más importante de la épica medieval francesa, el Cantar de Roldán.


¿Quiénes son esos Vascones que pueblan Pamplona? Es una nación antigua cuyos orígenes se pierden en la prehistoria. Contiene representantes de todas las religiones, pero sobre todo paganos que practican cultos ancestrales, que adoran a los árboles y a los ríos. Los historiadores árabes y francos están de acuerdo en mostrarlos como un pueblo salvaje y peligroso que no acepta su autoridad.


 
El biógrafo de Carlomagno escribe que el rey, más tarde el emperador, no se recuperará jamás de este desastre. En lugar de intentar invadir España, establecerá una Marca Hispánica, un territorio tapón, precisamente en las tierras entregadas por Sulayman; este país será un día Cataluña y Aragón. Aconsejará a sus hijos y a sus generales evitar ir al  país de los Vascones, o no pasar por ahí sin extremar las precauciones. Sesenta años más tarde, los Francos seguirán recordando los nombres de los que cayeron en aquella batalla. Pero Roldán, un hombre del que no se sabe casi nada, se hará inmortal gracias a la literatura. Hoy en día, varios puertos, pasos o brechas llevan su nombre a lo largo de todo el Pirineo.




Roldán




Según la tradición, Roldán era sobrino de Carlomagno, su espada se llamaba Durandel y su cuerno Oliphant. La versión más famosa de la leyenda se encuentra en el poema épico del siglo XI "Chanson de Roland", en el que Roldán acompaña a Carlomagno en su campaña militar del año 778 contra los sarracenos en el norte de la península Ibérica. Cuando el ejército volvía a casa, Roldán murió heroicamente al quedar aislada la retaguardia que él mandaba en un ataque de los vascones en el paso de Roncesvalles, en los Pirineos. Del siglo XIII, data el Cantar de Roncesvalles, compuesto seguramente en Navarra, y del que sólo se conservan un centenar de versos. El fragmento narra las lamentaciones de Carlomagno por la muerte de Roldán y Reinaldos.


Los Juglares


Los juglares eran músicos ambulantes que, a parte de cantar y tocar instrumentos, contaban noticias e historias y divertían al pueblo. Los juglares sólo eran intérpretes, nunca compositores. Fueron mal considerados por la iglesia. Uno de los juglares más famosos fue Marcabrú. Los juglares eran personajes errantes que iban de aldea en aldea, de castillo en castillo, asombrando y divirtiendo a un público mayoritariamente analfabeto, aunque también divertían a señores y vasallos. Fueron herederos de mimos y jaculatores de la Roma clásica y pagana, mitad poetas, mitad “saltimbanquis” que mezclaban en sus actuaciones la declamación y el malabarismo, la música y la sátira, la lírica y las gestas épicas.
Se diferenciaban de los trovadores (poeta cantautor de la Edad Media) por los orígenes más humildes, por tener como fin entretener y no ser autores de sus versos, porque generalmente utilizaban copias de los versos hechos por los trovadores pero arreglados por ellos mismos, aunque siempre existían aquellos juglares que componían sus propias obras.     
Hacia el siglo XIV, los juglares comienzan a tener una vida más sistemática. Se establecen en las ciudades y empiezan a trabajar para la corte. Algunos de estos juglares adquieren mayor consideración social y se convierten en ministriles.
*Había tres clases de juglares:
- Unos independientes y libres, con vida de bohemios, que no vivían en ninguna parte y se los podía encontrar dónde había fiestas.
-Otros formaban parte del ámbito cortesano y posteriormente fueron los bufones de la comedias del Siglo de Oro.
-Otros estaban a sueldo de ciertos trovadores principales, viajando con ellos, siendo sus mensajeros, precediéndoles o acompañándoles en sus visitas a las Cortes del rey.
El término juglar deriva del latín joculator, que a su vez está relacionado con jocus (juego). El vocablo apareció en el concilio de Cartago del año 436 d.C. y se difundió durante la Edad Media.
Contrariamente, los trovadores, eran personajes mayoritariamente de la nobleza, a menudo a medio camino entre el guerrero y el cortesano, con sus canciones amorosas sobre todo, pero también con sus composiciones de propaganda política, sus debates y, en definitiva, con su visión del mundo, mostraban el inicio de una historia cultural social que no encontramos en ningún otro documento de la época. Su literatura, además, era una de las fuentes básicas de la poesía que durante siglos se cultivaría en Europa occidental. Esta moda nació en la Provenza durante el siglo XI, el primer trovador conocido fue Guillermo de Poitiers (1071-1127), duque de Aquitania.
Entre las diversas posibilidades etimológicas  de la palabra “trovar”, la más adecuada es la de “inventar o crear literalmente”. Hace falta distinguir en esta época el significado de 2 palabras que en nuestros días se usan sin ningún matiz diferenciador: poeta y trovador. El primero era aquel que escribía poesía en latín, en cambio el segundo lo hacía en una lengua romance.
Se conocen unos 350 trovadores de procedencia social muy diversa, desde algunos de los personajes más importantes de su época, empezando por Guillermo de Poitiers, el primer trovador conocido, siguiendo por el Papa Clemente IV o el famoso rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León, a otros personajes de la nobleza como el catalán Guerau de Cabrera, vizconde de Girona y l’Urgell; hasta llegar a trovadores famosísimos de origen humilde, como era el caso de Marcabrú que empezó como juglar.
Ha llegado a nuestros días pocos casos de trovadores mujeres (trobairitz o trovadoras), siempre de la nobleza, entre las que destaca la Condesa de Día.
En general todos los trovadores tenían una buena formación. Hace falta pensar que estaban sujetos a crear textos y música dentro de unos moldes estrictos de métrica y versificación  que no podían improvisar. El trovador trabajaba muy lentamente, no solía hacer normalmente más de 10 poemas al año, es decir, más o menos lo que en la actualidad es la producción media de cualquier cantante o grupo musical. Casi todos habían estudiado el trivium (gramática, lógica y retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, música  y astronomía) y además tenían conocimientos de los tratados de poética latinos y de composición musical y también seguían los tratados sobre la lengua y el arte de trovar que fueron apareciendo en su tiempo. En líneas  generales también podemos decir que si los trovadores eran los compositores, los juglares eran los intérpretes.

La poesía trovadoresca era sobretodo de temática amorosa, pero también podía centrarse en aspectos políticos, morales, literarios…Los trovadores expresaban  sus sentimientos a través de la composición denominadad “canción”. Su tema principal, y casi exclusivo, era el Amor: el amor cortés que participaba en los aspectos sociales y espirituales de la época medieval. Así, el amor tiene el mismo significado que en la época actual, pero también tiene un significado añadido: el de alianza (pacto,favor), es decir, el trovador intentará conseguir a través de su relación algún tipo de trato beneficioso en el aspecto material. Hay que tener presente el adjetivo cortés. Cortesía es el término que designa la conducta y la posición del hombre que vive en la corte y que, por una educación especial, se convierte en modelo del ideal humano de refinamiento y valores espirituales. El trovador, como personaje cortesano, participa en estas características que, entre otras son: la lealtad, la generosidad, la valentía y el trato elegante.